Cómo equipar los espacios de colaboración de las universidades para favorecer el éxito de los estudiantes
Los estudiantes universitarios generalmente tienen una agenda más que repleta, teniendo que compaginar sus estudios con trabajos a tiempo parcial, además de crear redes sociales que les ayudarán en su futuro profesional. Los proyectos en grupo y las sesiones de estudio colaborativo pueden pasar fácilmente a un segundo plano debido a los horarios tan dispares, y los trayectos interurbanos en áreas congestionadas no hacen sino complicar las cosas aún más.
Aunque en los centros de educación superior no es inusual recurrir a soluciones tecnológicas para resolver sus problemas, la posibilidad de colaborar fácilmente ha sido un escollo importante en las facultades y universidades durante décadas. Afortunadamente, ahora ha surgido una solución que permite a los universitarios colaborar fácilmente, incluso si a algunos les es imposible acudir presencialmente al punto de encuentro: las conferencias virtuales.
¿Quedamos en la biblioteca?
La biblioteca de la universidad o de la facultad es el espacio de cotrabajo por excelencia para los estudiantes, ya que la mayoría de estos centros cuenta con varios espacios de colaboración, desde pequeñas salas de reunión para grupos reducidos hasta grandes salas de conferencias para grupos más numerosos. Estos espacios han sido los lugares de reunión tradicionales para los estudiantes que quieren trabajar juntos en proyectos de grupo, las sesiones de estudio o los eventos de las asociaciones.
Sin embargo, los estudiantes tienen un estilo de vida bastante ajetreado, por lo que encontrar un momento para que todos estén presentes en una reunión siempre ha sido un problema. Los centros de educación superior han intentado remediar estos problemas instalando en las salas de cotrabajo cada vez más herramientas de colaboración remota, como cámaras web, altavoces y todo tipo de sistemas audiovisuales montados por cuenta propia.
Estos sistemas audiovisuales improvisados suelen dejar mucho que desear, suscitando quejas constantes por las continuas interrupciones de audio y el bajo rendimiento. Los estudiantes también son reacios a tener que conectar un complicado sistema de conferencias cada vez que quieren hacer una videollamada, lo que hace necesario adoptar un método sencillo e intuitivo para que los estudiantes puedan utilizar sus propios dispositivos en un espacio de colaboración.
Con este objetivo en mente, los espacios de colaboración en la enseñanza superior deben tener en cuenta dos principios fundamentales: deben ofrecer la máxima calidad de audio posible y, a la vez, garantizar que el sistema de videoconferencias no requiera apenas intervención y sea lo más robusto posible. Entremos en el meollo de cómo se consigue esto:
Primer principio: El audio de alta calidad es clave para una colaboración eficaz
La colaboración remota solo funciona si los participantes pueden realmente comunicarse entre sí, lo cual suele depender de disponer de un audio uniforme. Los sistemas de sonido instalados por cuenta propia a menudo se ven perjudicados por las interrupciones de audio, como ecos, reverberaciones y fallos de sonido. Los sistemas “todo en uno” pueden ayudar a paliar estos problemas, pero la cobertura que ofrecen no es suficiente para toda una sala.
En estos casos, los ecosistemas de audio son más aconsejables. Los ecosistemas de audio son una combinación de equipos físicos (micrófonos, altavoces y altavoces con micro incorporado) y software que permite que todos los componentes del sistema de audio funcionen conjuntamente sin problemas.
El ecosistema Stem va un paso más allá, ya que permite a los departamentos de TI personalizar su combinación de equipos para ofrecer la mejor cobertura en todo tipo de salas, sin importar el tamaño o la distribución del espacio de colaboración. Dentro del campus, los altavoces con micro incorporado, como Stem Wall o Stem Table, se pueden utilizar como equipos autónomos en las pequeñas salas de reunión, mientras que los altavoces Stem Speaker y Stem Ceiling ofrecen una cobertura perfecta en los espacios de colaboración de mayor tamaño.
Esta solución evita los problemas habituales de las instalaciones de audio de baja calidad, que hacen que se pierda un tiempo valioso pidiendo que se repita lo dicho o, lo que es peor, que se malinterprete la información debido a los cortes y a la falta de claridad del audio. A la hora de crear un entorno en el que se puedan intercambiar ideas libremente, no se puede restar importancia a la eficacia de un audio nítido y de gran calidad.
Segundo principio: Enfocarse en la simplicidad
Aunque la mayoría de los espacios de cotrabajo en los centros de educación superior disponen de ordenadores a disposición de los estudiantes para que puedan realizar sus videoconferencias, la variedad de software especializado necesario para las distintas titulaciones hace que los estudiantes tengan que utilizar sus propios dispositivos durante las reuniones. Si el sistema de conferencia está formado por una compleja maraña de cables, es inevitable que surjan problemas.
Si hay algo que odian los estudiantes son los accesorios y dispositivos tecnológicos complicados que no hacen sino complicar un proceso que, por lo demás, sería sencillo. Los sistemas audiovisuales complicados que obligan a los estudiantes a intervenir en el laborioso proceso de configuración solo cambian una molestia por otra, y les empujan a buscar alternativas que podrían perjudicarles aún más a la hora de colaborar.
Este proceso puede simplificarse de manera drástica mediante el uso de sistemas de conferencia BYOD como Barco y Airtame. Estos sistemas permiten conectarse al nodo del sistema de conferencias utilizando un solo cable o una conexión inalámbrica, de modo que los estudiantes solo tienen que descargar una app o conectar un cable Ethernet a sus dispositivos personales.
También puede resultar útil simplificar cada componente del sistema de conferencia. Los distintos dispositivos del ecosistema Stem se conectan al resto de dispositivos del ecosistema a través de la red local de la sala. Por lo tanto, cualquier ordenador que también esté conectado a dicha red puede utilizar fácilmente el ecosistema para gestionar el audio de la conferencia.
Al proporcionar un entorno de conferencias sencillo y de alta calidad, los centros de enseñanza superior pueden hacer que el trabajo colaborativo sea más provechoso y gratificante para los estudiantes. Aunque tengan que seguir lidiando con una intensa carga lectiva y un calendario de actividades extraescolares agotador, al poner a disposición de los estudiantes entornos de cotrabajo híbridos, les evitas una importante fuente de estrés y les ofreces más oportunidades de conseguir sus metas.
¡Empieza a diseñar tu espacio de colaboración para el campus universitario hoy mismo!